Son innumerables las formas de discriminación contra las mujeres que persisten en todo el mundo y en todos los ámbitos de la sociedad (empezando por la propia Iglesia católica). La violencia machista, la feminización de la pobreza, la infrarrepresentación de las mujeres en los puestos de decisión y de poder, la brecha digital de género, el feminicidio como fenómeno global, el acoso callejero, la negación de derechos fundamentales, la doble jornada, la precariedad y discriminación laboral, la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos o la falta de acceso a la educación, son solo algunas de las formas de violencia y desigualdad de género que podemos observar a diario.
Justicia C, 25 de agosto 2015.
Estoy de acuerdo ya que existen varios tipos de violencia tanto como física como psicológica, social, laboral entre otras, quitando a la mujer fuerza para luchar por lo que ellas deseen.
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